Andes y Valles Interandinos del Cauca y el Magdalena

Ordenaremos la ciudad de Bogotá alrededor del agua recuperando la cuenca del río Bogotá mediante un plan de limpieza, conservación y uso. Protegeremos y recuperaremos la reserva Thomas Van Der Hammen, los humedales y los Cerros Orientales como ejes vitales de la ciudad y garantía de la democratización de servicios ambientales, lo cual permitirá que nadie viva excluido del disfrute de la ciudad.

Apoyaremos la conexión de Bogotá con la Sabana mediante sistemas dignos de transporte multimodales que incluyen trenes, metro pesado y sistemas alternativos que se unirán con el río Magdalena y los llanos orientales.

Convertiremos el hospital San Juan de Dios en vanguardia de la atención en salud a nivel nacional y en un centro del más alto nivel para la investigación, la educación médica y la atención de los más excluidos.

Se apoyará la consolidación de una política regional de vivienda que no deprede el territorio de la Sabana de Bogotá y que propenda por la protección y uso del suelo de la sabana para la agricultura y la garantía de los circuitos alimentarios primarios de la ciudad.

Se buscará establecer una comisión independiente para la revisión de los contratos y el estado de los estudios del metro de Bogotá y los proyectos de movilidad la región, con la finalidad de garantizar que estos proyectos estratégicos le cumplan a la región y gocen de total transparencia.

Protegeremos como patrimonio estratégico del planeta la estrella hídrica del páramo de Santurbán y las cuencas del Sistema de Páramos del Gran Santander. Las empresas públicas de agua se fortalecerán para optimizar su uso, pero también para ampliar la cobertura de agua potable a las zonas dispersas de la región.

Protegeremos el derecho a la consulta previa y la autonomía territorial, en pos de proteger las cuencas y los páramos de Sumapaz, Chingaza, Rabanal - Río Bogotá, Guerrero, Cocuy, Pisba, Guantiva - La Rusia, Iguaque - Merchán, Tota - Bijagual - Mamapacha y Yariguíes.

Se apoyará y fortalecerá a los pequeños y medianos productores de plátano y banano en el Urabá Antioqueño para que mediante circuitos fuertes de producción se puedan garantizar relaciones de comercio justo y encadenamiento productivo para la exportación.

Las fronteras serán puentes para la paz y no muros que distancien a los pueblos.. Se avanzará hacia la restitución de derechos de los ciudadanos en la región fronteriza para que se goce del bienestar con la presencia del Estado.

Recuperaremos la producción artesanal y la producción industrial de calzado y confecciones, con larga trayectoria en la región, las cuales se verán beneficiadas por la política de aranceles inteligentes e incorporación de conocimiento, así como por la democratización del crédito.

Se fortalecerá el corredor industrial de Boyacá (Sogamoso, Duitama, Nobsa, Tunja, Tibasosa, Paipa) con su primera empresa icónica en la historia de Colombia, Acerías Paz del Río, para posicionar nuevamente la industria metalmecánica, para que sea nuevamente una vanguardia de la economía en Colombia; pero esta vez jalonada por las energías limpias, las redes informáticas y una buena estructura de conocimiento.

El departamento de Boyacá contará con apoyo para el diseño de un plan de transición para superar las termoeléctricas como TermoPaipa, hacia la producción de energías sin carbón, que vayan disminuyendo la oferta en el mercado del mismo.

Convertiremos a Medellín y al Valle de Aburrá en una potencia industrial nacional e internacional con el conocimiento y el trabajo como base de la productividad, protegiendo y potenciando sectores estratégicos como las confecciones.

Somos la defensa del agua, la vida, los territorios y resistimos al extractivismo de mega-proyectos hidroeléctricos y mineros como Quebradona. También se protegerán los ecosistemas andinos con el Páramo de los Nevados.

El agua del río Cauca estará destinada para la agricultura y la alimentación de la vida del territorio y su bienestar.

La minería comunitaria, ancestral y sostenible -libre de mercurio- será protegida y nunca más volverá a ser criminalizada ni caerá en manos de las redes de las organizaciones al margen de la ley, los pequeños y medianos mineros disfrutarán de las riquezas de sus suelos que siempre se les han negado.

En Boyacá se considerará un proceso de concertación entre los mineros guaqueros, recolectores de esmeraldas, y las grandes empresas mineras multinacionales para garantizar su actividad cumpliendo las normas establecidas.

El Hospital de la Misericordia de Calarcá y el San Vicente del Paul junto a la red de hospitales públicos de la región serán fortalecidos para garantizar calidad y cobertura alrededor del modelo preventivo de salud. Se incentivará la investigación y la promoción de la salud pública.

Se promoverá la protección de las fuentes hídricas que surten la demanda del Eje Cafetero. Se impulsarán la descontaminación de las cuencas, proyectos de reforestación y la regulación del uso del suelo de los predios aledaños a las cuencas.

Se aportará al mejoramiento de la planta de tratamiento de aguas en Salento, para el cual también se promoverá la mitigación del impacto por las actividades turísticas en la zona. También se buscará apoyar la ampliación de la capacidad de la planta de tratamiento de aguas para abastecer Armenia y garantizar el mínimo vital de la población.

El Eje Cafetero será vanguardia y ejemplo de proyectos ecoturísticos y agroturísticos y sostenibles a nivel nacional, siguiendo las directrices de la UNESCO. El Parque de los Nevados y Salento serán fortalecidos como ejes de desarrollo turístico a la vez que seguirán siendo ecosistemas estratégicos de la región.

Se promoverá la producción alimentaria de las economías campesinas en el Eje Cafetero y se fortalecerá el circuito de intercambio entre la ruralidad y las ciudades para garantizar la soberanía y seguridad alimentaria en la región. Para ello, fortaleceremos los mercados campesinos como espacios de comercialización directa entre productores y consumidores.

Transitaremos a una potente economía agrícola, agroindustrial e industrial, que proteja la vida, el agua, el trabajo decente y el territorio en la montaña y en el gran Valle, a partir de alianzas público-populares articuladas a la gran empresa. Se fomentará la industria de insumos agrícolas sobre la base de tecnologías limpias.

Se protegerán y potenciarán las empresas públicas del Valle como EMCALI para garantizar calidad en los servicios, cobertura y la reducción en el valor de las tarifas.

El valle del río Cauca es una región con importante potencial en producción de energía solar. Adelantaremos un plan de alto impacto para la instalación de paneles solares, priorizando el sector industrial, con el propósito de generar energía a bajo precio, en las zonas contiguas, afectadas por los ingenios azucareros.

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