Altillanura y Orinoquía

Impulsaremos un proceso de democratización de la tierra indicado a la Orinoquía y sus conflictos por la tierra. Se priorizarán los procesos indígenas y campesinos que se adelantan ante las entidades del Estado para la titulación de tierras ancestrales o de ocupación histórica para garantizar el derecho a la tierra, al territorio, al trabajo y a la vida de todos los pueblos y comunidades campesinas pobladores de la región. Neutralizaremos las violencias, desplazamientos, el acaparamiento y nuevas invasiones de tierra.

El uso de la tierra con vocación agrícola será debidamente regulada por las entidades territoriales, evitando la deforestación y protegiendo el ciclo del agua. Se generará un plan de fertilización con inversiones públicas pagaderas con cesiones de la posesión para la producción de alimentos. El Estado entregara a familias prioritariamente llaneras tierras baldías fertilizadas, se promoverá la agroindustria coperativizada

La ganadería en la altillanura contará con el desarrollo de procesos agroindustriales y de agregación de valor, de manera que se disminuya la exportación de ganado en pie, se abastezca el mercado interno y se exporten productos procesados y secundarios. La construcción de frigoríficos garantizará la consolidación de circuitos productivos de alimentos cárnicos, con lo cual se estimulará la generación de puestos de trabajo.

Potenciaremos la asociatividad comunitaria y el apoyo a iniciativas de turismo agroecológico. Se desarrollará la política de pago por servicios ambientales con comunidades campesinas e indígenas que estén comprometidas con el cuidado de los ecosistemas y el desarrollo de una economía sostenible en el entorno.

Ordenaremos el territorio alrededor del agua, protegiendo y rehabilitando los páramos de Chingaza y Sumapaz en el piedemonte llanero, así como las cuencas hídricas del Ariari, el Duda, el Guayabero, el Orinoco, mediante proyectos de sostenibilidad para su uso y conservación. Se avanzará en proyectos integrales de reforestación de las cuencas hídricas: Chingaza, Sumapaz, Guayuriva, Gramalote, Meta, Guamal, Guaviare, con especies nativas y a partir de prácticas locales de cuidado y supervisión. Se controlará la expansión urbana del área metropolitana de Bogotá en la altillanura para proteger los páramos y la producción de agua que impacta al llano.

Implementaremos proyectos de energía solar y eólica como el camino hacia la transición energética en la región, mediante asociaciones público comunitarias, cooperativas y mixtas.

Se adelantará un plan vial de interconexión entre las cabeceras municipales de los municipios de la región, así como se mejorará la red vial terciaria que interconectará las cabeceras municipales con los centros poblados. Al mismo tiempo, impulsaremos acciones para mejorar la navegabilidad del río Meta y la infraestructura aeroportuaria en la región.

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