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Petro Presidente 2022 – 2026ForosEstrategias para el cambioLa expansión Minera y la Segregación Racial en La Guajira

  • La expansión Minera y la Segregación Racial en La Guajira

    Posted by Wilman Corcho on agosto 28, 2022 en 1:21 pm

    La explotación de Carbón a cielo abierto más grande de Latinoamérica, la realiza el Cerrejón dentro del Departamento de La Guajira. En sus inicios afectó a los Municipios de Albania, Hatonuevo y Barrancas. Los más afectados fueron los pueblos afrodescendientes. Que había llegado por el “riito” (Río ranchería); luego de huir de un barco de esclavos que encalló en las playas de “Bahía Portete”. Los esclavos fugados se juntaron con los indígenas más rebeldes de la zona. Se asentaron en las “Rochelas”: Tabaco, Roche, Chancleta, Manantialito, Manatialgrande, Patilla, entre otros.

    Los arrochelados fueron bravíos pueblos hostiles a todo forastero. Por eso fueron señalados como: “los pueblos hoscos de La Guajira”. La alianza afro-indígena, tenía en su haber a un soldado hábil en la monta del caballo, diestro en el uso de armas nativas y europeas; con las cuales, se resistió a la penetración del español. Hasta a la de los liberales y conservadores.

    Sin embargo, los norteamericanos, que han amasado una basta experiencia en el despojo y el engaño para desplazar comunidades nativas de sus tierras. Contrató a personas de la zona para lograr su objetivo de expansión minera. Con regalos y bautizando a sus hijos. Ese compadre bonachón jamás lo engañaría, porque comía a su mesa, traía mercados y bebía hasta quedarse dormido en el chinchorro.
    Pero la verdad se revelaría con los años, el desastre ambiental no lo apaga un almanaque. Mucho menos la recuperación de un tigrillo. La dispensa agropecuaria en el cinturón de Hatonuevo fue borrado con una palada. Ya los hoscos no podrán señalar ni visitar a donde nacieron, gatearon, jugaron, pescaron, conocieron a su novia y se casaron; Aún peor, sus muertos son errantes como ellos, su campo santo fue cambiado por un puñado de dólares. Que ha dejado atraso, hambre, analfabetismo, alcoholismo y despojo a todos los pueblos. Sus arroyos se secaron, su geografía no se encuentra en el mapa.
    El amigo bonachón se desapareció y con bota militar fueron desterrados a ser gitanos en su mismo territorio. Sin cultura, su cosmogonía fue paleada al socavón del olvido.

    DESALOJO DE TABACO

    https://www.youtube.com/watch?v=jXq72P9GJU0https://www.youtube.com/watch?v=jXq72P9GJU0

    Hoy casi el 100% de estas tierras no goza de título minero y el forastero Cerrejón; de manera unilateral, inconsulta y a voz de terrateniente. Hace con ella lo que se le venga en gana. Con el gobierno Nacional y a decisión de oficina sin referente de historia y cultura. Se ha decidido dejar de reserva forestal. Al ser preguntados por el cinturón productivo y el campesino productor. Su respuesta fue con desprecio: ¡Que aprendan a vivir del turismo ecológico!, pero… ¿Dónde van a estudiar? ¡Qué sé yo en Bogotá, Barranquilla!…

    Desde hace 10 años he agotado todo puente para revisar el tema. Se pueden imaginar un territorio que lo atraviesa el Río Ranchería, que tiene huecos gigantescos. ¿Para qué era necesaria una represa?. Se imaginan una laguna artificial de agua dulce para irrigar a todo el desierto de La Guajira por gravedad. Cultivar frutos del mar, navegación deportiva, pesca deportiva, turismo recreativo y deportivo subacuático. Que cerrejón acorde a un plan de tierras deposite de forma específica la tierra fértil para diseñar el cinturón agroindustrial de La Guajira y que la vía del ferrocarril que hoy transporta el material estéril y fósil. Lleve a los municipios de régimen especial aduanero la fruta para ser despulpada, tratada y empaquetada, para que los puertos de alto calado y tecnificados del carbón lleven nuestro fruto al mundo.

    <b style=”font-style: italic;”> Esa visión a proximidad de la partida de cerrejón. Garantizaría no solo el desarrollo sostenible de toda La Guajira, lejos del producto fósil que hoy se extrae y en consonancia del querer del presidente Gustavo Petro. Si no, que abriría la puerta a que en Hatonuevo; donde Cerrejón tiene hectáreas de tierras fértiles, pero inútiles. Que ha venido feriando al mejor postor.

    En el año 2011 se hizo un tímido intento llamado “Tecnocerrejón” que no fue apoyado por Cerrejón y quedó con una multimillonaria fortuna tirada al monte y al olvido. Es necesario retomar este gran centro educativo con programas de investigación y formación, técnica, tecnológica y profesional. Que forme al hombre y la mujer guajira con una visión al año 2030.

    JULIO CESAR respondido hace 1 año, 8 meses 2 Miembros · 1 Respuesta
  • 1 Respuesta
  • JULIO CESAR

    Miembro
    agosto 29, 2022 en 9:14 am

    Sr William Corcho le adjunto este articulo donde se ve como se afecto a la comunidad wayúu en 2006, escrito por la índigena Wayúu y representante a la cámara en el periodo 2008-2012 Orsinia Polanco Jasayú :

    La consulta previa en la construcción del gasoducto binacional

    Para tener una idea más precisa sobre la dimensión del trabajo en la consulta previa en este proyecto, debemos decir que el número de comunidades afectadas es de 62 comunidades Indígenas Wayuu de Manaure y Maicao; y comunidades no indígenas de la zona rural de los mismos municipios y la de los Corregimientos de Carraipía y el Pájaro que se encuentran ubicadas dentro del área de influencia del Proyecto.

    En el proceso de la Consulta Previa se presentaron muchas irregularidades como la no realización de la sensibilización y la explicación clara y concisa de los alcances del proyecto, su impacto y la valoración de una compensación e indemnización acorde con el tamaño del proyecto. La Consulta Previa fue realizada por funcionarios del Ministerio del Interior y Justicia, el Ministerio del Medio Ambiente y funcionarios de PDVSA GAS, que no tuvieron en cuenta las autoridades locales ni departamentales que deberían haber sido las más indicadas, por conocer la zona, la idiosincrasia de la población y hubieran tenido mayor condescendencia con las comunidades indígenas para la estimación de las compensaciones.

    Durante el proceso de consulta previa, la metodología usada para concertar las compensaciones, fue llevar un maletín con dinero y ofrecer a las autoridades tradicionales una cantidad de dinero por adelantado, regalos y bebidas embriagantes para convencerlos y hacerlos firmar el acuerdo totalmente desventajoso para las comunidades. Este procedimiento generó una seria división dentro de las comunidades, porque las comunidades que ya habían recibido dádivas por adelantado se opusieron a las que querían una mejor compensación y nunca se pusieron de acuerdo para buscar una solución a la problemática compleja que padecen.

    Como Representante a la Cámara por los pueblos indígenas, adelanté una campaña de conscientización a las comunidades indígenas y apoyé las movilizaciones posteriores que se realizaron por parte de las comunidades reclamando una mejor compensación y desempeñando el papel de vocera de las comunidades, se logró que la opinión pública conociera las irregularidades que se cometieron en contra del pueblo wayuu. Por consiguiente, este proceso de consulta previa realizado ha sido muy cuestionado por la calidad y cantidad de la compensación pagada, así como por la cobertura de la compensación.

    En cuanto a la calidad, el proceso de la consulta previa que se aplicó en este megaproyecto fue muy superfluo y no cumplió con todos los prerrequisitos que se exigen para este tipo de proceso, a saber:

    • La sensibilización y la capacitación a la comunidad sobre la dimensión, alcances e impactos del proyecto en su cultura, economía, organización social, cosmovisión y sobre su territorio.
    • Permitir que las comunidades en su buen entender, modo y cosmovisión decidan si permiten la realización del proyecto y fijen el monto de las compensaciones e indemnizaciones.
    • Cumplir con un lapso de tiempo considerable, porque las comunidades deben analizarlo y ponerse de acuerdo primero en lo fundamental, cosa que no se aplicó en éste caso, el proceso se adelantó en tiempo record; por ejemplo: el día 19 de Abril de 2007 se adelantó la consulta previa en tres comunidades simultáneamente como fue en Guaymaral, Maluaisao y Majali lo que evidencia las falencias y premura con que los funcionarios procedieron, deslegitimando el proceso.

    Respecto a la cantidad de las compensaciones, el procedimiento de Consulta se hizo con 62 comunidades wayuu identificadas dentro del área de influencia del proyecto, donde se acordaron hacer dos tipos de programas de compensaciones:

    1. Programa de Compensación por Daños
    2. Programa de Compensación por uso del territorio

    Programa de compensación por daños:
    Se acordó el pago de 50 Chivos u “ovejas” para cada una de las comunidades identificadas.

    Programa de compensación por el uso del territorio:
    • Construcción de jagüeyes en colegios.
    • Encerramiento de jagüeyes con alambres
    • Encerramiento de cementerios wayuu con bloques y con alambre
    • Perforación de pozos profundos con molinos de viento
    • Construcción de albercas para deposito de agua
    • Mangueras para traslado de agua de una ranchería a otra.
    • Suministro de hilos para hacer chinchorros, mochilas y waireñas (zapatillas)

    Si tenemos en cuenta el monto de los recursos para la inversión social que la misma empresa PDVSA GAS tenía destinados para invertir en sus áreas de influencia, nos llama mucho la atención ver cómo los mismos funcionarios colombianos al no realizar la consulta previa de la forma indicada, llevaron a que las comunidades indígenas se conformaran con tan poco, a sabiendas de las grandes necesidades que padece la comunidad wayuu.

    La comunidad indígena wayuu presenta uno de los más altos índices de desnutrición, muerte prenatal, enfermedades respiratorias, diarreicas e infecciosas por la falta de agua potable. La Guajira por estar ubicada en una zona semidesértica y desértica carece de agua potable, éste es unos de los mayores problemas sociales y de salubridad que afronta esta comunidad, a los cuales las intervenciones del Estado nunca les ha dado solución de manera definitiva; se ha limitado a realizar obras y soluciones mediáticas e insignificantes. Tal es el caso, cuando se propuso traer agua desde el Río Limón en Maracaibo hasta los municipios de Maicao, Manaure y Uribía, algo que no representaba mayor inversión pero que no tuvieron la voluntad de hacer.

    Ahora, veamos los recursos que la misma PDVSA destinó para la inversión social en el tramo colombiano: US$3.12 millones de dólares, los cuales se invertirán de la siguiente manera:

    1. US$1.67 millones de dólares: correspondiente a inversiones por compensación por el uso del territorio dentro del trámite de licencia ambiental.

    2. US$ 1.45 millones de dólares adicionales para el mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades localizadas dentro del área de influencia del proyecto

    Otro problema que contempla éste proceso de consulta previa consiste en que durante su realización no se concertó con 17 comunidades más; estas comunidades no fueron visibilizadas y, reclamaron un nuevo proceso de consulta previa más amplio, incluyente y de la forma que la ley y las normas indican. Esto generó una serie de protestas y parálisis en la ejecución de las obras de construcción del gasoducto lo que obligó a volver a concertar con las comunidades indígenas allí asentadas, que solo buscaban una solución más estructural al problema del agua en la región de la Alta Guajira.

    Pero la nueva consulta previa tampoco se realizó siguiendo las normas establecidas, porque se valió de maniobras que genera la división de las comunidades y el enfrentamiento entre sí, lo que desvió el objetivo último de lograr una compensación más justa y equitativa acorde con la dimensión del proyecto y a los daños y perjuicios ocasionados en sus territorios. Así pues, las directivas de PDVSA argumentaron que los mismos funcionarios colombianos habían realizado la consulta previa y que ellos se acogían a lo que dichos funcionarios decidieran.

    En la actualidad no se ha realizado ningún seguimiento al cumplimiento de los compromisos adquiridos por PDVSA GAS con las comunidades, como tampoco se ha recogido el sentir y el pensar de las comunidades. Aquí es necesario establecer si realmente los programas de compensación concertados han influido positivamente en su hábitat y en sus condiciones de vida, porque éticamente no es posible que se esté extrayendo un recurso natural que deja multimillonarias utilidades y que las comunidades no mejoren su calidad de vida, esto es inaudito.

    Esta experiencia tan dolorosa para las comunidades indígenas debe ponernos a reflexionar para futuras negociaciones para no volver a caer en estos engaños y hacer valer nuestros derechos y nuestra autonomía.La consulta previa en la construcción del gasoducto binacional
    Para tener una idea más precisa sobre la dimensión del trabajo en la consulta previa en este proyecto, debemos decir que el número de comunidades afectadas es de 62 comunidades Indígenas Wayuu de Manaure y Maicao; y comunidades no indígenas de la zona rural de los mismos municipios y la de los Corregimientos de Carraipía y el Pájaro que se encuentran ubicadas dentro del área de influencia del Proyecto.

    En el proceso de la Consulta Previa se presentaron muchas irregularidades como la no realización de la sensibilización y la explicación clara y concisa de los alcances del proyecto, su impacto y la valoración de una compensación e indemnización acorde con el tamaño del proyecto. La Consulta Previa fue realizada por funcionarios del Ministerio del Interior y Justicia, el Ministerio del Medio Ambiente y funcionarios de PDVSA GAS, que no tuvieron en cuenta las autoridades locales ni departamentales que deberían haber sido las más indicadas, por conocer la zona, la idiosincrasia de la población y hubieran tenido mayor condescendencia con las comunidades indígenas para la estimación de las compensaciones.

    Durante el proceso de consulta previa, la metodología usada para concertar las compensaciones, fue llevar un maletín con dinero y ofrecer a las autoridades tradicionales una cantidad de dinero por adelantado, regalos y bebidas embriagantes para convencerlos y hacerlos firmar el acuerdo totalmente desventajoso para las comunidades. Este procedimiento generó una seria división dentro de las comunidades, porque las comunidades que ya habían recibido dádivas por adelantado se opusieron a las que querían una mejor compensación y nunca se pusieron de acuerdo para buscar una solución a la problemática compleja que padecen.

    Como Representante a la Cámara por los pueblos indígenas, adelanté una campaña de conscientización a las comunidades indígenas y apoyé las movilizaciones posteriores que se realizaron por parte de las comunidades reclamando una mejor compensación y desempeñando el papel de vocera de las comunidades, se logró que la opinión pública conociera las irregularidades que se cometieron en contra del pueblo wayuu. Por consiguiente, este proceso de consulta previa realizado ha sido muy cuestionado por la calidad y cantidad de la compensación pagada, así como por la cobertura de la compensación.

    En cuanto a la calidad, el proceso de la consulta previa que se aplicó en este megaproyecto fue muy superfluo y no cumplió con todos los prerrequisitos que se exigen para este tipo de proceso, a saber:

    • La sensibilización y la capacitación a la comunidad sobre la dimensión, alcances e impactos del proyecto en su cultura, economía, organización social, cosmovisión y sobre su territorio.
    • Permitir que las comunidades en su buen entender, modo y cosmovisión decidan si permiten la realización del proyecto y fijen el monto de las compensaciones e indemnizaciones.
    • Cumplir con un lapso de tiempo considerable, porque las comunidades deben analizarlo y ponerse de acuerdo primero en lo fundamental, cosa que no se aplicó en éste caso, el proceso se adelantó en tiempo record; por ejemplo: el día 19 de Abril de 2007 se adelantó la consulta previa en tres comunidades simultáneamente como fue en Guaymaral, Maluaisao y Majali lo que evidencia las falencias y premura con que los funcionarios procedieron, deslegitimando el proceso.

    Respecto a la cantidad de las compensaciones, el procedimiento de Consulta se hizo con 62 comunidades wayuu identificadas dentro del área de influencia del proyecto, donde se acordaron hacer dos tipos de programas de compensaciones:

    1. Programa de Compensación por Daños
    2. Programa de Compensación por uso del territorio

    Programa de compensación por daños:
    Se acordó el pago de 50 Chivos u “ovejas” para cada una de las comunidades identificadas.

    Programa de compensación por el uso del territorio:
    • Construcción de jagüeyes en colegios.
    • Encerramiento de jagüeyes con alambres
    • Encerramiento de cementerios wayuu con bloques y con alambre
    • Perforación de pozos profundos con molinos de viento
    • Construcción de albercas para deposito de agua
    • Mangueras para traslado de agua de una ranchería a otra.
    • Suministro de hilos para hacer chinchorros, mochilas y waireñas (zapatillas)

    Si tenemos en cuenta el monto de los recursos para la inversión social que la misma empresa PDVSA GAS tenía destinados para invertir en sus áreas de influencia, nos llama mucho la atención ver cómo los mismos funcionarios colombianos al no realizar la consulta previa de la forma indicada, llevaron a que las comunidades indígenas se conformaran con tan poco, a sabiendas de las grandes necesidades que padece la comunidad wayuu.

    La comunidad indígena wayuu presenta uno de los más altos índices de desnutrición, muerte prenatal, enfermedades respiratorias, diarreicas e infecciosas por la falta de agua potable. La Guajira por estar ubicada en una zona semidesértica y desértica carece de agua potable, éste es unos de los mayores problemas sociales y de salubridad que afronta esta comunidad, a los cuales las intervenciones del Estado nunca les ha dado solución de manera definitiva; se ha limitado a realizar obras y soluciones mediáticas e insignificantes. Tal es el caso, cuando se propuso traer agua desde el Río Limón en Maracaibo hasta los municipios de Maicao, Manaure y Uribía, algo que no representaba mayor inversión pero que no tuvieron la voluntad de hacer.

    Ahora, veamos los recursos que la misma PDVSA destinó para la inversión social en el tramo colombiano: US$3.12 millones de dólares, los cuales se invertirán de la siguiente manera:

    1. US$1.67 millones de dólares: correspondiente a inversiones por compensación por el uso del territorio dentro del trámite de licencia ambiental.

    2. US$ 1.45 millones de dólares adicionales para el mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades localizadas dentro del área de influencia del proyecto

    Otro problema que contempla éste proceso de consulta previa consiste en que durante su realización no se concertó con 17 comunidades más; estas comunidades no fueron visibilizadas y, reclamaron un nuevo proceso de consulta previa más amplio, incluyente y de la forma que la ley y las normas indican. Esto generó una serie de protestas y parálisis en la ejecución de las obras de construcción del gasoducto lo que obligó a volver a concertar con las comunidades indígenas allí asentadas, que solo buscaban una solución más estructural al problema del agua en la región de la Alta Guajira.

    Pero la nueva consulta previa tampoco se realizó siguiendo las normas establecidas, porque se valió de maniobras que genera la división de las comunidades y el enfrentamiento entre sí, lo que desvió el objetivo último de lograr una compensación más justa y equitativa acorde con la dimensión del proyecto y a los daños y perjuicios ocasionados en sus territorios. Así pues, las directivas de PDVSA argumentaron que los mismos funcionarios colombianos habían realizado la consulta previa y que ellos se acogían a lo que dichos funcionarios decidieran.

    En la actualidad no se ha realizado ningún seguimiento al cumplimiento de los compromisos adquiridos por PDVSA GAS con las comunidades, como tampoco se ha recogido el sentir y el pensar de las comunidades. Aquí es necesario establecer si realmente los programas de compensación concertados han influido positivamente en su hábitat y en sus condiciones de vida, porque éticamente no es posible que se esté extrayendo un recurso natural que deja multimillonarias utilidades y que las comunidades no mejoren su calidad de vida, esto es inaudito.

    Esta experiencia tan dolorosa para las comunidades indígenas debe ponernos a reflexionar para futuras negociaciones para no volver a caer en estos engaños y hacer valer nuestros derechos y nuestra autonomía.

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